LUGAR: VALENCIA
AÑO: 2018
SUPERFICIE: 120 m2

 

 

Nos encontramos con una vivienda de mediados de siglo XX con una geometría muy peculiar. El acceso, en el punto medio de dos alas de largas circulaciones oscuras y numerosas estancias. Al entrar a las estancias, una gran luz baña toda la habitación; inmediatamente pensamos que esa luz no debía quedarse detrás de una puerta.

La clara segregación de la geometría en planta en dos zonas, nos lleva a considerar como fundamental qué programa resolver en cada una de las partes. Llegamos a la conclusión de que una de las alas debía ser autosuficiente a lo largo del tiempo, de modo que no necesitase en su día a día de la energía y del programa de la otra. Por ello decidimos destinar esa segunda ala al universo de los niños, pues su uso y/o ocupación cambiará a corto-medio plazo, incluso llegará a ser nulo en algún momento.

 

 

Fotografía de Ángela Sorbaioli.